El COVID-19 ha modificado el proceso de duelo en la sociedad
· Abordan tema en el panel a distancia “Actualidades y Perspectivas en la Nueva Realidad”, realizado por la UAT.
Debido a las medidas sanitarias establecidas para frenar la pandemia COVID-19, el duelo que vive una persona al perder un ser querido ha cambiado, ocasionando con ello, que el proceso sea más tortuoso, aseguró el psicólogo Francisco Alaín Mendoza Soto.
Al dictar la charla “El duelo durante el distanciamiento social por COVID-19”, el expositor habló de las opciones que puede tener una persona, que no vivió un proceso de duelo pleno por la pandemia.
El tema fue abordado en el panel “Actualidad y Perspectivas Sobre la Nueva Normalidad”, organizado por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Victoria (FDCSV) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).
Dijo que la pandemia ha traído como consecuencia muertes y enfermedades que no se esperaban, “y se adhiere una vertiente más en el proceso de adaptación de pérdida que conocemos como duelo, y esta particularidad la conocemos como distanciamiento social”.
Mencionó que el duelo tiene fases como: la negación, el enojo, negociación, depresión y aceptación. Sin embargo, señaló que hay factores como los circunstanciales, que vienen a complicar el proceso de duelo.
“La falta de apoyo que estábamos acostumbrados a percibir después de una perdida. La manera en que solíamos despedir a nuestros seres queridos ha sido modificada, antes era velar al ser querido en compañías de más seres queridos, de esta manera, por medio de abrazos y consuelo, era la forma de que el proceso de duelo iba mitigando el dolor emocional”, apuntó.
“Las exigencias sanitarias han limitado las expresiones que validan el dolor y el sentimiento de pérdida. Por lo que es necesario innovarlo, y crear rituales funerarios no solo en fallecimientos por COVID-19”, agregó.
“Se sugiere realizar actos simbólicos o actos que permitan el deshago de emociones. Una opción es una carta familiar o un altar. La carta puede compartirse en grupos de familias. El altar, es un homenaje simbólico, que permite el la aceptación del fallecimiento”, concluyó.
Cabe mencionar que el expositor es Psicólogo Clínico, Coordinador de Atención Psicológica en la Comisión Estatal de Atención a Víctimas de Tamaulipas y estudiante de la Maestría en Administración Pública y Ciencia Política de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales-Victoria de la UAT.